La crisis económica es cada vez mayor y un número cada vez mayor de las familias de clase media son incapaces de pagar sus deudas. Ante el temor de una crisis financiera, el gobierno ha creado la ley Federal de Confiscación de la Agencia (FCA), un mal pagados cuerpo de oficiales de las fuerzas armadas, cuyo trabajo es confiscar los deudores de los activos. El objetivo de la FCA es la inyección de dinero en efectivo en el sistema de la subasta de los bienes embargados a los pocos que quedan en efectivo a los titulares, la mayoría de los cuales son ricos y sin escrúpulos, a los evasores de impuestos.